¿Qué es el Mechanical Licensing Collective y por qué es clave para administrar regalías mecánicas en plataformas de música en streaming?
Las plataformas de música en streaming han abierto un mundo de posibilidades a profesionales de la industria musical, pero en muchos casos también ha dificultado las ganancias a muchos compositores y editores.
Una de las razones principales han sido los desajustes en los cobros de regalías mecánicas en servicios de música en streaming.
Desde enero de 2021, el Mechanical Licensing Collective (MLC), asociación que se encarga de las concesiones de licencias musicales en Estados Unidos, está concediendo licencias automáticas a DSPs que cumplan los requisitos para asegurarse de que se administran correctamente las regalías mecánicas.
¿Por qué estas licencias son tan importantes y de qué manera el MLC quiere mejorar el proceso para que las personas que tengan los derechos de autor de piezas musicales que sean subidas en plataformas de streaming reciban sus correspondientes regalías? Todos los detalles en esta entrada del blog.
¿Qué es el MLC?
El Mechanical Licensing Collective (MLC) es una organización sin ánimo de lucro que surgió a raíz de la aprobación de la Ley de Modernización de la Música de 2018 (Music Modern Act).
En enero, el MLC empezó a conceder licencias a proveedores de servicios digitales (DSPs) en Estados Unidos. El MLC recopila las regalías mecánicas de DSPs, tal y como se estipula con estas licencias, para abonarlas a los correspondientes derechos de autor: compositores o editores.
¿De qué manera el MLC ha mejorado las licencias mecánicas y las regalías en plataformas de música en streaming?
The MLC ha desarrollado una plataforma que incluye una base de datos con información sobre música con derechos de autor y que tanto compositores como editores pueden utilizar para registrar sus piezas.
Los usuarios registrados pueden obtener detalles sobre composiciones y reclamar su propio contenido si se encuentra en el portal de MLC. De esa manera, se ofrece a compositores y editores, un control más transparente sobre sus regalías.
El objetivo del MLC es asegurarse de que las regalías en DSPs van directamente a los titulares de los derechos de autor: editores, sellos discográficos, artistas y compositores.
El MLC incluso quiere que las conocidas ‘black box royalties’, esas que corresponden a composiciones que no han sido conectadas a una grabación, son distribuidas de forma equitativa y que podrían sumar “varias centenas de millones de dólares”, según el Digital License Coordinator (coordinadora de licencias digitales estadounidense).
El Mechanical Licensing Collective únicamente opera en el área que comprende la música digital y atañe a plataformas de música en streaming y tiendas digitales para descargar música.
Las licencias mecánicas seguirán siendo necesarias para formatos musicales físicos y no serán administradas por el MLC.
¿Qué plataformas de música en streaming cumplen los requisitos para obtener estas nuevas licencias?
La transparencia es uno de los puntos clave para el MLC y por eso, el listado de DSPs a los que se les ha concedido dicha licencia está disponible públicamente.
Entre los servicios digitales incluidos están Spotify, Amazon Music, Apple Music, Deezer, MixCloud, Sonos, SoundCloud, YouTube y muchos más.
El MLC espera superar los más de 50 servicios de música en streaming y tiendas para descargar música.
¿Cuáles son las mejoras hasta la fecha?
Los DSPs a los que se les ha concedido esta licencia han de enviar informes de forma mensual y detalles sobre regalías mecánicas al MLC.
En febrero, el MLC recibió un total de $424.38 millones correspondientes a regalías históricas de composiciones cuyos derechos de autores no estaban identificados de 20 plataformas digitales como Apple Music, Spotify (ambos DSPs son los que más han pagado), Amazon Music o Pandora.
Este avance supone un paso importante y muy prometedor para la industria musical. Finalmente, se ha conseguido facilitar el proceso para el cobro de regalías a los correspondientes titulares de derechos de autor.
No sólo mejora el proceso a compositores y editores, sino que también es beneficioso para las plataformas de música en streaming: crea un espacio más extenso para que esas plataformas crezcan.