La evolución de la piratería musical: El impacto del ‘stream-ripping’ en la industria musical

music piracy

La piratería siempre ha sido uno de los enemigos más poderosos de la industria musical global.

Cuando el negocio de la música entró en el mundo digital, muchos vieron una gran oportunidad para descubrir, promocionar y distribuir música de una forma que antes no era posible.

Sellos discográficos y artistas podían distribuir música a cualquier rincón del mundo en cuestión de minutos, mientras que los amantes de la música podían escuchar sus temas favoritos cuando y donde quisieran.

No obstante, la distribución digital de música también abrió las puertas a aquellos estafadores que querían hacer de la piratería musical su modo de vida.

Redes peer-to-peer para compartir archivos como Napster, Kazaa o SoulSeek se convirtieron en la mayor pesadilla para la industria de la música durante la época de finales de los 90 y principio de los 2000.

Estas plataformas permitían a millones de usuarios del mundo descargar copias ilegales de canciones individuales, álbumes enteros e incluso rarezas musicales que no estaban publicadas oficialmente cuando se subieron a esas plataformas.

Tiempo después, la mayoría de estos servicios tuvieron que cerrar después de haber sido llevados a los tribunales por infringir los derechos de autor.

El caso de Napster es el que se hizo viral y el que hoy en día ha quedado en la memoria colectiva.

La red para compartir archivos alcanzó las estrellas con más de 80 millones de usuarios al mes, pero tuvo que cesar su actividad en 2001 cuando la banda de thrash metal Metallica la denunció ante los juzgados al descubrir que una de sus canciones estaba circulando ilegalmente en la plataforma.

Años más tarde, Napster se reinventó y se convirtió en un servicio en streaming legal que ofrece música bajo demanda.

La plataforma actualmente juega en la misma liga y compite contra otros gigantes de la distribución de música digital como Pandora o Spotify.

La piratería musical antes de la Covid-19: El aumento de los servicios de ‘stream-ripping’

“Spotify es la respuesta a la piratería.” Éste era el objetivo que Sean Parker, inversor de Spotify, esperaba alcanzar con el servicio de streaming en su lanzamiento en Estados Unidos en 2011.

Su sueño de ofrecer una alternativa de primera calidad a la piratería musical, parcialmente colisionó debido al gran aumento de usuarios de servicios de “stream-ripping” o descarga no autorizada de música durante los años posteriores.

Un estudio realizado por PRS, sociedad de derechos de autor británica, e Incopro, empresa de protección de marcas, el cual analizaba las tendencias sobre los servicios de ‘’stream-ripping’ en Reino Unido de 2016 a 2019, evidenció que el uso de programas para descargar música gratis, exponencialmente se disparó en un 1390% durante ese periodo.

Las malas noticias no acababan ahí, ya que el estudio también reveló que las páginas de piratería musical representaban más del 80% de las 50 webs en Reino Unido que infringían los derechos de autor.

YouTube encabezaba la lista de plataformas legales para escuchar música en streaming que más se habían pirateado para descargar música gratis durante este tiempo.

La segunda opción más pirateada era Spotify.

Durante algún tiempo, la popular plataforma musical ha tenido que luchar contra estafadores que utilizan sus servicios para ganar dinero con reproducciones artificiales o las llamadas ‘stream farms’ (‘granjas de streams’; reproducciones falsas).

Este método consiste en usar una armada de ‘bots’ que automáticamente reproduce canciones en bucle, multiplicando así el número de oyentes falsos y por lo tanto, generando ingresos ilegalmente.

El ecosistema musical al otro lado del Atlántico también ha sido amenazado por la piratería musical en los últimos años.

Las descargas de música ilegal en Estados Unidos se multiplicaron durante 2018.

El número de usuarios descargando música no autorizada pasó de los 15 millones en 2017 a los 17 millones al siguiente año, según el estudio anual de MusicWatch publicado en 2019.

Desde la perspectiva del usuario, el boom de la piratería musical sigue una premisa muy simple: los programas para descargar música gratis se usan para sustituir a las plataformas de música en streaming de pago.

Tal y como muestra el informe de MusicWatch, los usuarios que descargaron música de forma ilegal, lo hacían por el simple hecho de querer escuchar música estando desconectados de internet (46%) o porque no sentían la necesidad de pagar por canciones a nivel individual (37%).

 

Stream-ripping trends infographic

Source: MusicWatch

Los niveles de piratería musical empezaron a cambiar en 2019

A pesar de los datos anteriores, la tasa de consumo de piratería musical ha ido disminuyendo desde 2019.

Según una encuesta de IFPI, la Federación Internacional de la Industria Fonográfica, en 2019 el uso de música sin licencia seguía siendo una amenaza para el sector, ya que el 23% de participantes declaró que utilizaba servicios para descargar música ilegalmente.

A pesar de eso, la piratería musical ha ido en caída libre gracias a gente que se ha hecho asidua a las plataformas legales de música en streaming como Spotify o Apple Music.

Durante el último año ha habido un incremento en el número de usuarios de edad más avanzada, gente de 34 a 64 años, que gradualmente se han ido enganchando a los servicios de música en streaming. Un aumento del 8% desde 2018.

Aunque muchos usuarios a nivel global seguían consumiendo música de forma ilegal, el porcentaje de personas que utilizaron plataformas para escuchar o descargar música sin licencia disminuyó de un 32% en 2018 a un 23% en 2019.

Señal de que los hábitos a la hora de consumir música están cambiando ligeramente.

Cada vez son más los usuarios que consideran las plataformas legales de música en streaming como primera opción.

La piratería musical durante la pandemia del coronavirus: El desplome de la música ilegal en streaming

La forma en que la gente consume música sin licencia ha cambiado durante el confinamiento.

Un estudio llevado a cabo por Muso, compañía líder en analizar la piratería en medios, desveló una tendencia común sobre piratería musical entre diferentes países del mundo durante el confinamiento.

El streaming de música ilegal cayó a nivel global durante la última semana de marzo, pero las visitas a páginas para descargar torrent de música aumentaron sustancialmente.

Europa, Japón, Reino Unido y Estados Unidos experimentaron un descenso considerable en cuanto a la actividad relacionada con el streaming de música sin licencia.

La mayor caída fue en Japón, en donde bajó hasta un 19.72%, y en Europa, donde bajó un 11.84%.

Algunos países de África, Oriente Medio o Latinoamérica siguen preocupados sobre el papel que juega la piratería musical en la industria de la música, pero ha habido una pequeña, pero significativa transformación en los hábitos de consumo de música en los últimos años.

El número de usuarios que usan el servicio de streaming Anghami está creciendo constantemente.

La plataforma nació en 2011 y en tan sólo unos años se ha posicionado como uno de los servicios de música en streaming más potentes en Oriente Medio.

Hemos sido también testigos de tendencias similares en algunas partes de África como Nigeria, Kenia o Uganda. Servicios como Apple Music están ganando notoriedad.

México es otro país donde el streaming está ganando popularidad. Es de tal manera que Spotify nombró Ciudad de México como la Nueva Meca del Streaming de Música.

Por otro lado, el número de usuarios que volvieron a utilizar páginas de descarga de torrents de música durante la cuarentena creció en lugares como Estados unidos (15%), la India (23-43%), Reino Unido (18.53%), Canadá (17.5%) y Europa (22.6%).

Las leyes antipiratería buscan salvar el sector

Las plataformas de pago de música en streaming han conseguido mitigar el uso de servicios de ‘stream-ripping’, pero las leyes para combatir la pirateria musical que han ido apareciendo en los últimos años también han sido claves para prevenir ese tipo de prácticas fraudulentas.

La piratería musical digital es un negocio ilegal muy lucrativo que causa grandes pérdidas a la industria musical cada año.

Es aquí donde entran en juego las leyes estatales y federales -esto varía según el país- que buscan prevenir las infracciones de copyright y el uso adecuado de música con licencia.

Esto incluye el luchar contra servicios que suben o distribuyen copias no autorizadas de música con copyright o que permite a usuarios descargar ilegalmente contenido de plataformas de música en streaming que sí son legales.

Organizaciones como RIIA (Asociación de Industria Discográfica de Estados Unidos) han trabajado durante muchos años para proteger la propiedad intelectual de sellos discográficos y artistas.

El servicio de Control de Calidad de SonoSuite para evitar el infracciones de copyright

La distribución musical ha cambiado a lo largo de los años.

Hoy en día, todo tipo de negocios musicales (independientes y de gran escala) puede distribuir sus catálogos musicales fácilmente a cualquier parte del mundo y ayudar a sus artistas a incrementar sus ingresos respetando todos los requisitos legales.

Plataformas como SonoSuite ofrecen a sellos discográficos, distribuidoras y agregadores, las herramientas tecnológicas necesarias para que puedan llevar sus negocios musicales evitando infringir el copyright.

En SonoSuite realmente nos encanta asesorar a nuestros partners para subir el catálogo musical de sus artistas siguiendo las pautas de cada DSP.

Ofrecemos un servicio de Control de Calidad que asegura que el contenido distribuido sea de la mejor calidad y no infrinja los derechos de autor.

Esto significa que nuestro equipo de expertos de Control de Calidad revisan cada audio, metadato y portada para asegurarse de que todo funciona correctamente antes de ser distribuido en las mejores plataformas digitales.

También utilizamos el fingerprinting (huella digital) en las pistas que suben nuestros partners para asegurarnos de que el contenido ni es duplicado ni infringe los derechos de autor.

Thaïs Parvez

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